lunes, 3 de junio de 2013

HERNIA DISCAL ¿CAUSA O CONSECUENCIA?


              “El paciente entra por la puerta de la consulta, y le saludo: buenos días, ¿qué le ocurre? Tengo una hernia discal” Para las personas con este diagnóstico, uno de los problemas es que ya vienen a la consulta “catalogados”, todo gira en torno a su hernia discal. Desde el punto de vista médico, en la mayoría de ocasiones estos pacientes están abocados a la cirugía.
             ¿Qué puede hacer la Osteopatía por las personas con este problema?
Vamos por partes. En un primer momento, la fase aguda del problema, la persona tiene un dolor muy intenso, tanto que en ocasiones no puede ni moverse, está postrado en la cama y aun así le duele casi “hasta pestañear”. Si usted ha pasado por esto, sabe de lo que hablo.
En fases más avanzadas, el dolor ya no es tan insoportable, y probablemente ahí la persona ya puede acudir a la consulta del osteópata.
Desde nuestro punto de vista, la hernia discal es la consecuencia y no la causa del problema. Disfunciones vertebrales suprayacentes (por arriba) o subyacentes (por debajo) ocasionan lo que denominamos hipermovilidad en otro nivel vertebral. En este nivel, dada la hipersolicitación del disco intervertebral, se puede producir la hernia discal. Es decir, la hernia aparecerá en un lugar distinto a la disfunción que la ha ocasionado. Se produce una rotura del anillo fibroso (parte externa) del disco, y el nucleo pulposo (parte interna) puede migrar hacia fuera, herniándose. Se producirá un proceso inflamatorio que irrita la médula o la raíz nerviosa, dando lugar a la neuralgia (ciática o cruralgia).

          Al disminuir la inflamación, disminuye algo la neuralgia, pero se van a producir adherencias locales, que hacen que el proceso se cronifique.
El osteópata debe determinar cuál o cuáles son los niveles vertebrales en disfunción, que han provocado la respuesta hipermovil que como consecuencia ha producido la hernia. Entonces procederá a resolver esas disfunciones con la técnica adecuada: manipulación con impulso, articulatoria, energía muscular, etc.
Después se realiza una reequilibración de toda la zona lumbar: musculatura, fascias, etc. No se perderá de vista las vísceras, y la duramadre (envoltura de la médula espinal). Es por ello que probablemente necesite tratar la región cervical y el cráneo.
Las técnicas de movilización neuromeníngea permiten liberar posibles adherencias en torno al nervio, mejorar su vascularización, y su conducción.
Y en caso de ser necesario, se puede proceder a realizar una técnica manipulativa del disco herniado, con el objetivo de separar la hernia de la raíz nerviosa y de esa manera eliminar la irritación del nervio.
De este modo, el osteópata busca producir una reequilibración completa del organismo, no solo tratar el lugar de la hernia discal, dado que esto sería insuficiente.

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