lunes, 17 de febrero de 2014

EL HÍGADO





El hígado es un órgano muy voluminoso, ubicado en la cavidad abdominal, principalmente en la región del hipocondrio derecho, aunque también ocupa parte del epigastrio, llegando casi hasta el hipocondrio izquierdo.
Es el “laboratorio” principal del cuerpo. Él se encarga del procesado de los elementos procedentes de la digestión de los alimentos.
También se encarga de crear los jugos biliares, que participan en el proceso de la digestión.
Almacena sangre cuando el requerimiento del cuerpo es bajo.
También es un reservorio de glucógeno, de energía, para cuando sea necesario por parte del cuerpo.

El hígado se puede ver afectado por diversas causas:
  • Alimentación desequilibrada, rica en proteínas o en grasas. Ingesta de “irritantes hepáticos”,                como fritos, grasas procesadas, chocolate, vino blanco, alcohol o tabaco.
  • Toma de medicación a medio o largo plazo. La mayoría de medicamentos se “filtran” en el                 hígado, y pueden irritarlo.
  • Toma de hormonas.
  • Enfermedades virales: hepatitis, mononucleosis, etc.
  • Traumatismos. 
  • Obstrucción de los conductos biliares: cálculos o espasmos del colédoco, espasmo del esfínter de Oddi.


¿Cómo se manifiesta?




Recordemos que los órganos, en la fase inicial de su patología, darán lugar a dolor referido sin necesidad de que se manifieste claramente un desequilibrio en su función. Más adelante se manifestará en este sentido.
El dolor referido de los órganos está en relación con la inervación vegetativa, su relación con el diafragma (nervio frénico), y la inervación de su fascia de envoltorio.
Las características del dolor referido visceral son: dolor difuso, mal localizado, descrito como profundo, no relacionado con los movimientos ni con la posición, que aparece y desaparece sin que lo relacionemos con nada. Puede estar relacionado con la función del órgano.

Entonces, el hígado se manifiesta con:

  •  Dolor referido: trapecio, omoplato y  parrilla costal derechos.
  • Tendinopatías y miopatías variados. Preferentemente en codo u hombro derecho.
  • Jaquecas.
  • Irritación ocular.  
  • Manifestaciones cutáneas: picor, quistes sebáceos.
  • Mal aliento.
  • Congestión abdominal, estreñimiento, hemorroides.
  • Gases abdominales.
¿Cómo se trata el hígado desde la Osteopatía?

Lo principal cuando tratamos un órgano es equilibrar su inervación orto y parasimpática, mejorar su vascularización, y movilizarlo.
 Así, para el hígado trataremos:
  
  • Sus niveles ortosimpáticos: D7D8.
  • Su inervación parasimpática: nervio vago (tronco encefálico, ARP, espacios maxilofaringeos, diafragma cervicotorácico y abdominal.
  • Vascularización: procedente del tronco celiaco. El drenaje venoso lo hace a la vena cava inferior.
  • Recuperaremos su movilidad respecto a su entorno: diafragma, estómago, duodeno, colon derecho, riñón derecho.
  El trabajo de las vísceras en Osteopatía es una parte muy importante dentro del concepto de globalidad. Dadas sus funciones, el hígado es un órgano importantísimo en la homeostasis del cuerpo. Recuperar su función por medio del tratamiento osteopático, no solo va a eliminar sus manifestaciones dolorosas, sino que puede evitar que el proceso avance y se cronifique, dando lugar a problemas más serios sobre esta víscera. 

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